Hoy día esto no ha cambiado, la relación entre arte y tecnologías continúa, y asistimos una fusión creciente de los distintos campos del conocimiento humano como medio para encontrar nuevas soluciones y acercamientos a los problemas y necesidades con las cuales nos enfrentamos. Dentro de este contexto la tecnología va permeando vertiginosamente cada aspecto de nuestra existencia, y el arte -que de una u otra manera trata sobre ella- no puede ser, ni ha sido, ajeno a todo esto.
Sin embargo, por alguna extraña razón, pareciera que muchos de aquellos que estudiamos en esta escuela no nos hemos visto todavía involucrados en estos movimientos de nuestros días - a veces ni siquiera conociéndolos- y permanecemos anclados en fórmulas ya probadas a lo largo de muchísimo tiempo, que por lo demás, de ninguna manera dejan de tener valor. Pareciera que es un rasgo común el encasillamiento ya no digamos en nuestra disciplina sino en nuestra técnica, sin asomarnos a ver qué es lo que hacen en otros talleres, en otras carreras, en otras escuelas y ya no digamos en otros países o culturas.
En el arte lo importante es la expresión y no podemos pensar que está limitada a tal o cual medio, a tal o cual código o lenguaje, esté de moda o no, sea novedad o ya esté probado. ¿Podemos pensar que como artistas hemos de encasillarnos en aquellos caminos ya recorridos? ¿Nuestra producción podrá nutrirse solamente de si misma sin renovar sus fuentes? ¿Recordamos acaso que la muchos de los artistas que ahora son referentes obligados en su momento lucharon por encontrar mejoras a los medios de expresión que tenían, por ampliar y desafiar los horizontes técnicos y discursivos con los que contaban a veces llevando a cabo investigaciones metódicas e innovadoras? y en última instancia ¿Podemos pensar en una formación artística integral si no conocemos lo que se ha venido haciendo hace ya varios años en nuestra propia línea de trabajo? Definitivamente no.
Habemos muchos que pensamos en esto, estoy segura, y también estoy segura que habemos varios a quienes este tópico en algún momento nos ha interesado con insistencia, aunque pareciera extraño y un tanto difícil contrastarlo con la primera idea prefabricada que tenemos acerca del arte, teñida siempre de tradición y de fórmulas establecidas hace mucho tiempo ya. Habemos varios que queremos saber acerca de esto y comenzar a experimentar, a quienes nos cosquillea saber qué es y porqué en otros países está explorado ya. Varios quienes quisiéramos ver una ENAP más propositiva al notar el rezago tanto conceptual como productivo en el que se encuentra, que reparamos en las posibilidades que se desplegarían si las carreras impartidas en esta escuela tuviesen más contacto entre sí y con otras que ofrece la UNAM. Varios que pensamos que no es necesario esperar a que la academia lo tome en cuenta o con seriedad. Varios que queremos trabajar o lo estamos haciendo. Varios que estamos allí dentro del mismo edificio, pero dispersos, y quizás sin imaginar que aquel que está sentado junto a nosotros en la cafetería puede tener los mismos intereses, y quizás hasta la disposición para compartir sus conocimientos y nutrirse de los tuyos.
Somos varios en la ENAP que queremos aprender o estamos dispuestos a enseñar, quizás seamos más aquellos curiosos con disposición para trabajar, que los que se han involucrado ya. De cualquier manera lo que necesitamos es conocernos y hablar, intercambiar ideas, investigar, encontrar apoyo y dar a conocer nuestro trabajo así como enterarnos de lo que hacen los demás.
En eso pensamos al formar el Laboratorio de Arte y Nuevas Tecnologías, que se encuentra trabajando desde febrero del 2008 y que, tras un periodo de prueba, lanza ahora su presentación oficial a la comunidad estudiantil.
2 comentarios:
El planteamiento de aproximación del arte y del diseño de la comunicación visual ha estado implícito siempre y en la actualidad el conocimiento y las tecnologías que lo facilitan permiten y obligan a comprender y establecer relaciones con otras disciplinas. Multidisciplina, intradisciplina, transdisciplina, son de hecho, los lazos invisibles que conectan las actividades humanas. El hombre requiere de un conocimiento universal para sobrevivir y dichas actividades se han dividido en sectores, gremios, hacéndolos irreconocibles, más no inconciliables. La tarea actual es interesarse, conocer y relacionar esa sinergia en favor de propuestas con incidencia social. Hacer visible lo invisible. Hacer posible lo que creíamos imposible.
Raúl Feria
ENAP UNAM
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